LA SEGUNDA OLA Y LA GUERRA IRRESTRICTA QUE NO QUEREMOS VER

El fortalecimiento de China tras la pandemia y el caos de Occidente

La guerra evoluciona constantemente, generalmente en función de la tecnología disponible y acompañada de la mayor o menor capacidad y determinación política que funciona como catalizador de dicha evolución. Lo que a veces se olvida en el acompañamiento de esta transformación de los conflictos, es el carácter filosófico, ético y moral de la guerra que también sufre, muchas veces de una manera más acusada, cambios sustanciales, cambios afines a una manera irrestricta de hacer la guerra.

El modo de vida occidental tal como lo hemos estado disfrutando hasta ahora ha llegado a su fin. Asemejando el momento con la época de decadencia del imperio romano, las tribus germánicas, el periodo oscuro entre el final del imperio y el inicio de la Edad Media. Oriente juega ese papel de tribus bárbaras, China concretamente, y la globalización su caballo de Troya.

En los primeros párrafos de nuestra entrada Corea, lo que quiera China que sea, se recordaba que Gran Bretaña se convirtió en la mayor potencia mundial tras las guerras napoleónicas. Después de la Segunda Guerra Mundial, el ministro de asuntos exteriores británico Ernest Bevin dijo:

Estados Unidos es el primer acreedor mundial y como tal debe tomar la iniciativa a la hora de crear el nuevo orden.

En los siguientes párrafos de dicha entrada se recuerda también que China, en la actualidad, es el mayor acreedor mundial y ejercerá, ya lo está haciendo, un liderazgo no sólo por méritos propios sino también por la dejadez de los gobiernos occidentales.

Recordamos en dicho artículo que China se dedicó a comprar, durante la época de la crisis financiera mundial, cantidades indeterminadas de deuda, especialmente de países europeos. China cuenta con el mayor número de divisas extranjeras del mundo, teniendo así capacidad de influencia en las rentabilidades de las economías extranjeras.

China es el gigante que controla las cosechas de África, más de cinco millones de hectáreas de terreno cultivable en África y toda la producción es para consumo propio, acompañando la producción de infraestructuras como carreteras y puertos en las poblaciones africanas.

La guerra comercial que ha iniciado EEUU contra China a cuento, principalmente de la tecnología, tiene que ver con el 5G y no es únicamente una cuestión de telefonía móvil, tiene que ver con la transformación que ello conlleva: ciudades inteligentes, transmisión de datos en tiempo real, vehículos eléctricos, autónomos, interconexión de datos, comunicaciones humanas y entre máquinas, y tiene que ver con el control de toda esa información y el futuro de una ciudad hiper e interconectada. Huawei, Xiaomi, Tik-Tok, son los caballos de Troya que China desembarcó en occidente, y EEUU en este caso, quiere combatir.

De un tiempo a esta parte, Occidente se viene enfrentando a Oriente o viceversa. Hoy en día de una manera evidente, pero esta vez las normas de enfrentamiento las impone China. La guerra irrestricta donde todo es nada y nada lo es todo.

El presente es el campo de entrenamiento del conflicto del futuro, haciendo que éste sea cada vez más complejo en lo táctico, en lo estratégico, a nivel operativo, pero también en lo filosófico, ético y moral, y las soluciones a adoptar se encuentran en un amplio abanico que supera con creces lo estrictamente militar.

El escenario de la guerra en la actualidad excede sin ningún género de dudas a los ya clásicos, tierra, mar y aire, a los que hay que añadir el espacio, el ciberespacio, y todavía más, el factor humano, cultural y psicológico. Y no sólo eso, sino la interrelación de unos y otros y a todos los niveles, estratégico, táctico y operacional, que además son cada vez más difusos. El conflicto hoy afecta a todos los ámbitos de la vida.

Los coroneles chinos Quiao Liang y Wang Xiangsui son los padres de la guerra irrestricta y que indican como norma principal que no hay normas, nada está prohibido. Esto incluye la utilización de Fuerzas Armadas, no Armadas o no usarlas, militares, no militares o no usarlos, armas letales, no letales o no usarlas y además usar esto o no usarlo en todos los ámbitos de la vida.

En general, la guerra irrestricta tiende a deformar la realidad dibujando un conflicto bélico menos beligerante, mientras aumenta la hostilidad en el resto de interacciones humanas del ámbito político, económico, social, tecnológico, biomédico, … la guerra no militar, y parece que no le esté yendo mal del todo a China tras los sucesos de Wuhan y que desembocaron en la pandemia del SARS-CoV- 2 Covid-19.

El concepto de guerra irrestricta plantea además un fundamento filosófico diferente, o dicho de otro modo, occidente no ha evolucionado concptualmente para encontrar soluciones efectivas a este nuevo modo de enfrentamiento. No se ha identificado la verdadera naturaleza del problema y por lo tanto cualquier solución presentada no responde a la realidad.

En la entrada Los apellidos de la guerra I dábamos una descripción somera de lo que vienen a ser las características principales que identifican a este tipo de conflictos y el componente principal de todos ellos es la exagerada confianza que tienen los estados en la tecnología y la incapacidad de definir realmente sus verdaderas amenazas. En la descripción dada se enumeraban algunos de lo campos de actuación preferentes en el caso de estar inmersos en una guerra irrestricta, uno de esos campos era la biomedicina y biotecnología, concretamente mencionábamos el manejo de virus y laboratorios químicos.

Estudios o chismorreos, en este caso poco importa ya, afirman que China superaría a EEUU como superpotencia en diez años. ¿Cómo acortar esa distancia? yendo más rápido que el adversario y haciendo que él vaya más lento, o mejor aún, haciéndo que retroceda.

En el caso de que China se haya decidido por pisar a fondo el pedal del acelerador para arrebatar el liderazgo a EE.UU, si es que no lo ha hecho ya, los aspectos característicos de una guerra irrestricta hay que circunscribirlos a un todo que responde más a una guerra combinada que trasciende a las principales áreas militares y no militares, que involucra cualquier aspecto crítico que afecta a la seguridad nacional y que persigue un único fin político.

La modernización de las Fuerzas Armadas, es otra pista de la marcha acelerada de China, con muchas dudas en cuanto a la calidad de sus productos, lo cierto es que el ritmo de modernización es mucho más elevado que el previsto por los analistas y la formación en métodos de combate, adquisiciones e innovaciones indican que el modo de hacer una guerra irrestricta está presente en China.

China usa la tecnología de manera diferente a occidente y en esa manera diferente la utiliza mucho mejor, particularizando en este caso occidente con EE.UU. A ello se le une un término recurrente que aparece cuando se habla de China en los términos en que lo estamos haciendo y es el de «informisación» y que nadie aún se atreve a definir de manera concreta. Se cree que Pekín hace referencia con este término a la evolución del rol de la información en combate e investiga la manera de adaptarlo a su nueva y particular forma de hacer la guerra.

China no para de prepararse para el enfrentamiento con occidente (ya lo está), no sólo con occidente, también por la hegemonía de Asia. Las escaramuzas con la India vividas este año son sólo el principio de una pugna de dos gigantes con las bombas de relojería de Pakistán a un lado, Corea del Norte al otro y también la posible intervención de Rusia.

¿Puede ganar Occidente a China usando las reglas impuestas por China? No, no puede, y es por eso que empezábamos el análisis con la lapidaria frase de que el mundo de occidente tal y como lo conocemos hoy ha llegado su fin.

La suma de factores, eventos que responden a una evolución secuencial y envueltos en una atmósfera de desinformación evidencian aspectos clave de una posible guerra irrestricta, «operaciones de guerra no militares», que no es un concepto que aclare mucho pero que sí involucra un aumento de la violencia y crispación no militar, es decir, del resto de ámbitos de la sociedad, civil, económico, político, social, … Hoy todos estos ámbitos de la vida están en crisis.

Volvamos al aspecto irrestricto y al uso que hace China de la pandemia global cuyo epicentro fue Wuhan. El excepticismo sobre el origen de la propagación del virus en un mercado popular de Wuhan es cada vez mayor. El instituto de virología de Wuhan es un instituto de investigación administrado por la Academia de las Ciencias de China. Es un laboratorio de bioseguridad de nivel 4, lo que significa que los investigadores del centro están capacitados para trabajar con agentes biológicos altamente peligrosos, además de ser el lugar más probable para determinar el inicio de la pandemia.

La desinformación sobre el virus, su letalidad y posibilidades de contagio fueron ocultadas al principio, tergiversadas después y acompañada de medias verdades y medias mentiras por el gobierno de China. Inmediatamente después, organismos internacionales y gobiernos de los diferentes países, especialmente de occidente, aderezaron la mezcla con sus propios relatos a favor de sus intereses, esto es, manejar a conveniencia la sociedad, y ocultar sus vergüenzas e incompetencias, aún a día de hoy.

De los hechos y secuencias anteriores tenemos por un lado, durante la primera ola, las trágicas consecuencias del colapso de los sistemas sanitarios de medio mundo, originado por la ocultación y tergiversación desde China de los aspectos más terribles del virus y a las qe hay que añadir la propia desinformación de los gobiernos occidentales para ocultar su propia incompetencia.

De la desinformación de China son ejemplos como aspectos más controvertidos:

  • Ocultamiento del conocimiento del virus desde antes del otoño del año 2019.
  • Si el origen del virus fue o no fue un mercado de Wu Han cuando en la misma ciudad existe un laboratorio de bioseguridad de máximo nivel.
  • Que el virus es consecuencia de la convivencia con animales como murciélagos o pangolines.
  • El número exacto de hospitales que levantaron los chinos a propósito del virus cuando por entonces lo comparaban con el virus de la gripe.

De la desinformación propia de los gobiernos occidentales, en el caso de España:

  • La no obligatoriedad de mascarillas en el peor momento de la pandemia, con el fin de ocultar la inoperancia del gobierno por hacerse con un stock suficiente.
  • La poca letalidad del virus y la escasa incidencia que iba a tener en España cuando las alertas ya se habían disparado e Italia vivía sus peores momentos.
  • La ocultación de imagenes del hacinamiento de cadáveres, ferétros y enfermos y sí mostrándolas de otros países.
  • Obligatoriedad del uso de mascarillas una vez pasado lo peor de la pandemia e identificando de insolidarios a aquellos con mascarillas de efectividad superior a las quirúrgicas.
  • La existencia de un no-comité de expertos.
  • Acallando o procurando acallar voces críticas, de médicos prestigiosos o de cualquiera cuyo ánimo fuera criticar al gobierno, especialmente en las redes sociales.

El colpaso social se centra principalmente en el ámbito médico, económico, laboral, educativo y familiar, todo además de una manera simultánea. Efectos que se verán agravados con la segunda ola sin descartar una tercera.

Las previsiones sobre el PIB de este año 2020 en la zona euro es de una caída del 10,2 %, en EE.UU del 8% y en España del 12,8%. Es posible que las cifras sean peores. China, sin embargo, crece en un 1%.

En abril de 2020 China vendió 3860 millones de mascarillas, 37,5 millones de trajes de protección, 16.000 respiradores, y 2,84 millones de kits de detección del Covid-19 obteniendo unas ganancias de 1.330 millones de euros en un mes.

Parece que fue hace una eternidad, pero durante la primera ola, supimos cómo dejar fuera de combate a todo un portaaviones estadounidense, sin más esfuerzo que la incompetencia a la hora de tratar con el coronavirus, a la vez que China acelera el aumento de su flota.

De refilón y sin entrar en detalles, la debilidad de occidente es percibida claramente en la península coreana, en Bielorrusia ante la pasividad habitual de la Unión Europea, y un tanto de lo mismo con el conflicto en el Mediterráneo Oriental entre Turquía y Grecia.

En España, concretamente, la operación Balmis ocupó al mayor número de militares, desde que se tiene conocimiento, en actuaciones no militares y lo mismo está ocurriendo ya en esta segunda ola. La pregunta es, si los militares están ocupados en asuntos no militares ¿Quién se está encargandoo precisamente de la Defensa Nacional y en qué condiciones? De estos asuntos se está ocupando el enemigo, eso seguro. Ya vimos injerencias de Marruecos sobre intereses en disputa en la zona canaria y que Argelia aumentaba el límite de sus aguas hasta alcanzar el archipiélago balear.

El Ejército de Tierra hizo un informe a propósito de la evolución de la pandemia que se hizo viral en redes sociales e incluso salió en los informativos de las principales cadenas de televisión pronosticando lo que tristemente está pasando. El informe predice una segunda ola para finales de otoño (sin embargo ya se está produciendo) e incluso una tercera, y las contemplaba con menor virulencia de lo que también parece está resultando.

La segunda ola no aparece en un mejor escenario. El Covid-19 no dio tregua durante el verano y entramos en otoño sin descanso en la acción contra el coronavirus y con hospitales, en el caso de España, muchos de ellos con una ocupación ya del 50% de enfermos por coronavirus.

La componente irrestricta llega en esta segunda ola presionando a los laboratorios farmacéuticos para dar con una vacuna segura y la propaganda y contrapropaganda sobre los avances se suceden. Hay que suponer que el riesgo de un espionaje industrial en la industria farmacéutica en estos momentos es elevadísimo, incluso la posibilidad de sabotajes puntuales. A esto le seguirá una guerra de patentes y tecnológica.

EE.UU compró prácticamente todo el remdesivir que quedaba en el mercado, único medicamento que se ha demostrado eficaz contra el coronavirus al menos en parte. España, tras comunicar que tenía reservas suficientes, avisó a las pocas semanas de que no le quedaban prácticamente existencias. Otro claro ejemplo de acciones y desinformación malintencionadas que caracterizan el lodazal de la guerra irrestricta a propósito de la pandemia.

La segunda ola vendrá marcada, desde un punto de vista irrestricto por:

  • Aumento de la beligerencia en el ámbito sanitario por la consecución de una vacuna.
  • Escasez de medicinas como el remdesivir.
  • Control tecnológico y aplicaciones de seguimiento.
  • Comunicaciones y 5G.
  • Aumento del despliegue de fuerzas militares, especialmente chinas, rusas y estadounidenses.

La guerra irrestricta desecha cualquier consideración moral hacia la población civil, todos son susceptibles de ser contemplados como objetivos, recordemos que este tipo de conflicto atenta contra un modelo de vida, de sociedad, para debilitar al gobierno de turno, algo que es considerablemente más fácil de llevar a cabo cuando se actúa bajo el amparo de una dictadura.

El control tecnológico que nos espera, aplicaciones de seguimiento, restricciones selectivas, consideraciones según población de riesgo o no…, todo ello facilita una aproximación por parte de occidente a ciertos ademanes autoritarios, tal vez para combatir en mejor situación lo que nos viene encima, pero que no deja de ser el resultado de una guerra irrestricta, el atentado a una manera de ser, de vivir, la derrota de occidente, y antes de la llegada de una nueva era, nos queda la penosa fatiga de la travesía por el desierto, sin que nadie nos asegure que esa nueva era sea mejor que la anterior.

– Fin –

Las novedades de El camino de los héroes a un clic.

2 Comentarios. Dejar nuevo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

PAGE TOP