LOS APELLIDOS DE LA GUERRA (I)

La adjetivación de los conflictos. Diferentes formas de enfrentamiento en un conflicto. Los eufemismos de la guerra.

Hoy en día hemos dejado de hablar de guerra por la crueldad que encierra el término en pro de otro mediáticamente más correcto, conflicto.

El conflicto es un fenómeno social dinámico, es decir, inherente a la humanidad y que evoluciona con el tiempo desde una fase temprana donde no suele haber violencia hasta la máxima expresión de violencia que se pueda dar: la guerra.

En la actualidad no se puede hablar del concepto de la guerra sin tener en cuenta la globalización. La globalización es un ingrediente esencial en cualquier relación humana desde finales del siglo XX (pero no necesariamente el más importante).

En la actualidad todo tiene que pasar por el prisma examinador de la globalización, y la globalización es, entre otras cosas, inmediatez.

Las guerras se viven en directo pulsando un botón. Etiquetándolas, a veces de manera útil, ofreciendo un grado de comprensión, otras veces por esnobismo, o porque mediáticamente envuelven la noticia con más pompa, dándole, aparentemente, una connotación más castrense, tecnológica, quirúrgica o simplemente mayor impacto. O puede que por vanidad, por creer ser los primeros en vivir un fenómeno único y por tanto tener el derecho de bautizarlo con el nombre y apellidos que uno quiera.

La guerra es guerra desde que el hombre habita la tierra y tan cierto es esto como que las maneras de enfrentamiento han ido evolucionando a medida que avanzaban los tiempos. Ha ido evolucionando casi siempre en pro de la tecnología disponible y esto es lo que ha hecho (entre otras cosas) que halla que adjetivarla según la característica preponderante en el seno de la misma. Sea como fuere, los apellidos de la guerra.

Guerra convencional

De manera breve, una Guerra convencional es aquella que enfrenta a dos estados, dos bloques bélicos monolíticos bien diferenciados como ocurrió en el siglo XIX y gran parte del siglo XX.

Los estados dependen de otros estados y las relaciones entre ellos o entre ellos y terceros países pueden generar conflictos, y el miedo a tener que enfrentarse al otro hacen que inviertan en la fuerza. Esta conducta provoca una competencia que hace tender hacia una unificación de medidas entre un estado y otro, generalmente con una misma aproximación tecnológica. Es decir en una guerra convencional se juega a un mismo juego con unas mismas reglas para todos.

Dentro de la guerra convencional podemos incluir la guerra civil. Comparte las mismas características que ésta, sólo que en lugar de un enfrentamiento entre estados (que también puede ser) el enfrentamiento se produce en el seno del mismo.

Hoy en día el peligro de las guerras civiles está más vivo que nunca y al horror que supone la idea misma de este tipo de enfrentamiento hay que añadirle un componente más: la inclusión de grupos terroristas en alguno de los bandos enfrentados. La no erradicación de estos grupos terroristas hace que viva la posibilidad de que el país no supere el conflicto y se convierta en un estado fallido muy difícil de recuperase con posterioridad.

Guerra Fría

Brevemente también, la Guerra Fría es un término que no alude expresamente a un tipo de conflicto concreto sino que se asocia a una escalada de tensiones, a un enfrentamiento en el modo de vida, a dos maneras de reconstruir el mundo, a las divergencias existentes entre los aliados occidentales y soviéticos de cómo deberían ser las fronteras europeas tras la Segunda Guerra Mundial.

Ser y estar de un modo durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría dividía el mundo entre el bloque occidental y el bloque comunista; la OTAN y el Pacto de Varsovia; en definitiva EE.UU y su modelo y la URSS con el suyo.

Fue George Orwell quien acuñó el término de Guerra Fría en su ensayo You and the atomic Bomb (La bomba atómica y usted) en 1945.

La Guerra Fría nunca produjo un enfrentamiento directo entre las dos grandes potencias del planeta: EE.UU y la URSS, este es el principal rasgo característico. Aunque la tensión bélica entre los dos siempre se mantuvo constante o al alza. Hoy se puede afirmar que la Guerra Fría fue el periodo de mayor garantía del no uso de la bomba atómica (aunque no todo el mundo lo comparte), pues todos los esfuerzos de ambos bandos estaban dirigidos a neutralizar al adversario en materia nuclear.

El enfrentamiento indirecto entre los dos bloques fue la característica que prevaleció durante este periodo, (En la segunda parte se analizará la guerra proxy, que tiene mucho que ver con esto del enfrentamiento indirecto) como ejemplo paradigmático la Guerra de Corea que dividió la península en Corea del Norte (comunista) y Corea del Sur (capitalista) por la división del paralelo 38. La frontera más militarizada del mundo (hasta ahora).

La guerra de Corea enfrentó a EE.UU y la URSS de manera indirecta por medio del ejército popular chino y comunistas coreanos con ayuda soviética frente a Corea del Sur y tropas estadounidenses en el terreno. La guerra se estancó en 1953 con la muerte de Stallin y hasta ahora. Desde ese momento la Guerra Fría adquirió otro cariz con el inicio de la carrera armamentística, cuadruplicando EE.UU su presupuesto de Defensa con el fin de alcanzar el poderío soviético.

Otros episodios trascendentales de este periodo es el levantamiento del Muro de Berlín en 1961 por parte de los soviéticos que dividía la ciudad de Berlín entre la parte comunista y la de los aliados occidentales.

Un episodio relevante más, fue la crisis de los misiles cubanos en 1962, donde EE.UU descubrió silos de misiles soviéticos en Cuba y que dio lugar al bloqueo marítimo del archipiélago.

La carrera espacial tiene especial trascendencia, también fue una manera indirecta de enfrentamiento con el objetivo de dominar el espacio y el temor de iniciar una Guerra de las Galaxias.

No es la intención desarrollar todos los acontecimientos ocurridos durante la Guerra Fría, sino dar a entender que la característica principal que define a la Guerra Fría, fue el enfrentamiento indirecto de dos bloques contrapuestos (que dividían el mundo en dos) que alcanzaba a todas las facetas de la vida, a un modo de vivir, el modo occidental y capitalista, y por otro lado el comunista.

Guerra asimétrica

La Guerra asimétrica. En general asociamos este tipo de conflictos a un enfrentamiento entre una liga o coalición occidental frente a un grupo de nativos o terroristas internacionales. Sin embargo hay mucho más.

«La asimetría de un conflicto no viene determinada por la sencillez de un actor poderoso contra otro débil, no es el reflejo de David contra Goliat. De ser así, todos los enfrentamientos producidos hasta la fecha serían asimétricos, ya que siempre alguno de los bandos fue menos numeroso que el contrario, siempre uno fue más inteligente que el otro y siempre uno fue más poderoso que el otro».

Se puede consensuar que un conflicto es asimétrico cuando se dan las siguientes características:

  • Enfrentamiento contra un enemigo difuso.
  • El enfrentamiento no es únicamente entre combatientes, también hay civiles armados o de difícil identificación militar.
  • La superioridad numérica o tecnológica no supone una ventaja en sí misma.
  • El factor global. Las consecuencias repercuten de un modo u otro a nivel mundial.

La interacción estratégica entre los contendientes es mucho más confusa que en la guerra convencional ya que sí es verdad que juegan a un mismo juego pero no lo hacen con las mismas reglas.

La identificación clara de que el conflicto es apellidado como «asimétrico» es la preponderancia de la actuación en modo Guerra de Guerrillas, algo, que por supuesto no es nuevo. En el siglo XX el conflicto por excelencia en guerra asimétrica fue la Guerra de Vietnam, y en el siglo XIX la Guerra de la Independencia Española basó gran parte de su éxito en la guerra de guerrillas.

Un concepto interesante en la guerra asimétrica es la no linealidad del campo de batalla, que hace que entren en juego política, sociedad, élites, grupos de poder, medios de comunicación,… La guerra ha dejado de ser monopolio de los militares (o de los políticos).

La idea en un conflicto asimétrico está clara. El actor débil gana al fuerte por la combinación de la guerra de guerrillas en un campo de batalla no lineal. No busca la victoria en sí misma, sino el desgaste del actor fuerte produciendo retrasos en la consecución de un objetivo provocando impaciencia en los agentes externos en el conflicto.

Un ejemplo de esto fue la batalla de Dien Bien Phu donde los vietnamitas se enfrentaron a los franceses (antes que los estadounidenses) derrotando a las tropas francesas en Indochina. Francia únicamente perdió el 3% de las tropas destinadas allí, pero los vietnamitas acabaron con la capacidad política del gobierno francés para movilizar más tropas. (para saber más sobre conflictos asimétricos: La realidad asimétrica).

Guerra híbrida

El adjetivo «híbrida» para denominar o clasificar este tipo de guerra fue utilizado por vez primera por el periodista estadounidense Frank Hoffman en el año 2009. Pero ya fue anticipado por George Kennan en 1949.

La Guerra Híbrida hace referencia casi en exclusiva al enfrentamiento Rusia-OTAN y más concretamente al conflicto acaecido (y que no ha concluido) en Ucrania y por extensión al fenómeno de escalada de tensión en toda la frontera este de Europa.

Las características más relevantes que hace que un conflicto lleve el apellido «híbrido» son:

  • Intervención de fuerzas regulares e irregulares.
  • La contienda se desarrolla en términos ambiguos de la realidad. Entre la no paz y la no guerra.
  • Utilización de armas convencionales, tácticas irregulares, terrorismo y comportamiento criminal.
  • Casi siempre se encuentra un estado detrás utilizando un conflicto ajeno en pro de sus intereses.
  • Capacidad de concentrar un gran número de tropas en muy poco tiempo en un recinto limitado.
  • Utilización de manera preponderante de las nuevas tecnologías y la ciberguerra.
  • Los niveles estratégicos, tácticos y operativos están diluidos.
  • Faceta multidimensional.

Otra característica importante es que suelen ser guerras urbanas o semiurbanas. Se podría seguir dando un listado de características, pero no sería más que una fiel descripción de lo sucedido en Ucrania.

El objetivo de la guerra híbrida no es tanto neutralizar al enemigo como desestabilizar a un estado consolidado y democrático de la manera más eficaz y barata posible polarizando a la sociedad.

En el caso de Ucrania es muy evidente, utilizando las protestas denominadas Euromaidan para desestabilizar el país, polarizando precisamente a la sociedad entre partidarios de Rusia y los que estaban a favor de una unión comercial con Europa.

Bien ejecutada, la guerra híbrida es lo suficientemente ambigua para que todo se pueda negar o nada se pueda afirmar de manera categórica.

Si extendemos el conflicto de Ucrania a la amenaza casi permanente que existe en la frontera este de Europa y los países nórdicos, nos encontramos con episodios de esas características casi a diario: cazas rusos violando el espacio aéreo del Báltico; supuestos submarinos rusos en aguas suecas; los países nórdicos preparándose para una posible invasión rusa …

La guerra híbrida responde a la necesidad que tiene Rusia de decirle al mundo:

«somos fuertes y ya es hora de que se den cuenta que deben respetarnos». Es el mismo juego al que ya jugó la Unión Soviética y ahora lo hace Rusia.

Por eso se habla de guerra híbrida, conlleva menos problemas que decir abiertamente que existe un conflicto abierto con Rusia, una nueva Guerra Fría, que se puede volver caliente y como todo esto está por dilucidar el término políticamente correcto es el apellido «híbrida».

La respuesta de la OTAN ante este tipo de enfrentamiento no es directa y es más una evolución natural de su estrategia como se puso de manifiesto en la Cumbre de la Alianza en Gales 2014. La Iniciativa de Fuerzas Conectadas que ahonda en los esfuerzos de cohesión entre los aliados, mayor disponibilidad y mejorar el uso de la tecnología.

La OTAN perfila nuevas estrategias para hacer frente a nuevos conflictos donde, de manera simultánea, se da un amplio registro de medidas militares, paramilitares, civiles, terroristas, abiertas y encubiertas, todas altamente integradas en lo que hemos venido a denominar guerra híbrida.

Guerra irrestricta

Este tipo de rasgos que caracterizan a la guerra híbrida los comparte también China en su área de influencia con sus vecinos asiáticos. En este caso Guerra irrestricta.

La guerra irrestricta es una vuelta más de tuerca a la hora de comprender los movimientos geoestratégicos chinos. Comparte las características del conflicto híbrido, pero de una manera mucho más sofisticada. Si la guerra híbrida lleva la marca de Rusia, la guerra irrestricta es preponderante de china.

Los primeros en hablar de guerra irrestricta fueron los coroneles chinos Quiao Liang y Wang Xiangsui indicando que la primera regla sobre la guerra irrestricta es que no hay normas, nada está prohibido.

El fundamento de este tipo de conflicto es la exagerada confianza que tienen los estados en la tecnología y la incapacidad de definir realmente sus verdaderas amenazas.

Se podrían incluir como características, las siguientes:

  • Trasciende los límites de las dimensiones y métodos militares y no militares.
  • La globalización y la dependencia tecnológica forman parte del engranaje.
  • El nuevo concepto de arma va en contra de las relaciones de la vida diaria de la gente común.
  • El campo de batalla está en todas partes.

La guerra irrestricta además utiliza como armas:

  • El uso de la información y de la desinformación.
  • Interferencia en el mercado de valores.
  • Manejo de virus y laboratorios químicos.
  • Exposición pública de los escándalos de los líderes.
  • Alteraciones en la calidad del agua.
  • Intervención del mercado local.
  • Generación de movimientos sociales en contra del sistema.
  • Ataques informáticos.

Y un largo etcétera, llegando incluso el adversario a no saber si quiera si está siendo atacado.

La novedad en este tipo de conflicto es ver como la violencia militar desciende a la vez que aumenta la violencia y beligerancia en el ámbito tecnológico, económico, comercial y político. «La violencia ha dejado de ser sangre para ser desinformación».

«Nos encontramos en una etapa en la que un salto revolucionario hacia adelante está teniendo lugar en las armas, pasando de los sistemas de armas simbolizados por la pólvora a los simbolizados por la información».

Dice Liang Xiangoni, pero no es sólo un cambio tecnológico sino que altera la concepción de las armas y la táctica.

Esto puede explicar los accidentes de los barcos estadounidenses en el Pacífico; la posición de China con plataformas petrolíferas en zonas de disputa; el control de las cosechas de media África y la invasión en el mercado europeo, y una cosa más: sus esfuerzos (y lo está consiguiendo) por ser relevante en el Ártico.

Félix Arteaga, del Real Instituto Elcano, dice:

«Este tipo de guerra es una guerra que sólo pueden ganar los chinos porque los chinos tienen paciencia estratégica y nosotros no».

De la misma manera que la guerra híbrida es una guerra que involucra en cierta manera a Rusia con Europa, la guerra irrestricta involucra a China con EE.UU.

Como colofón a esta primera parte de los apellidos de la guerra ligamos el principio con el final. La convencional con la irrestricta con estas dos frases que de manera respectiva engloban la filosofía de cada una:

«Pelea la lucha que se ajusta a las armas»

y

«construye las armas para adaptarte a la lucha».

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