La Inteligencia Artificial como medidor tecnológico de las Fuerzas Armadas y su aplicación ante los nuevos retos y amenazas
Conocer la situación del enemigo en un conflicto armado, y no armado también, así como en periodos de paz es una necesidad de siempre. Es la primera o de las primeras incertidumbres que conviene dilucidar y que no siempre se consigue.
Los datos. El planeamiento de una misión u operación, ha de hacerse analizando en detalle toda la información. No la información sin más, sino que dicha información hay que procesarla, convertir los datos en conocimiento para que el centro de Mando y Control pueda determinar qué acciones llevar a cabo.
Decíamos en análisis anteriores, que no hace muchos años la actividad del mando se realizaba en un entorno de relativa estabilidad, cambios lentos, y la tecnología usada era tecnología probada. Los conflictos estaban claramente definidos y la normativa (aunque casi siempre obsoleta) no suponían un problema más allá del ámbito burocrático. Hoy todo eso se acabó.
Sin embargo, la acción del Mando no ha cambiado. Tiene que seguir siendo capaz de gestionar los niveles estratégicos, operacional y tácticos, aunque estos cada vez estén más diluidos, y para ello tiene que buscar acciones comunes a todos ellos y que a priori pueden ser:
- Establecimiento de objetivos y sus riesgos.
- Determinación de cometidos, responsabilidades y relaciones.
- Establecimiento de reglas y restricciones.
- Seguimiento y evaluación del proceso y situación.
- Canalización del liderazgo. Generar motivación y confianza.
- Formación y adiestramiento.
- Gestión de recursos.
Debe dar respuesta, de manera rápida y eficaz al ciclo OSDA (Observar, Situarse, Decidir, Actuar). Pero esto hoy se queda cojo. El ciclo además, debe ser capaz de retroalimentarse y de autocorregir errores, recalibrarse por decirlo de alguna manera y hacerlo en tiempo real.
Volvemos por tanto a la información, conocer es poder. La adquisición de una gran cantidad de datos hoy en día se hace de una manera muy rápida, herramientas como el Big Data (no sin complejidad, la intangibilidad del proceso, muchas veces juega en su contra) lo hacen posible, no lo es tanto convertir esos datos en información inteligente y menos aún extraer conocimiento fiable de ellos.
La recopilación de datos, para evitar el síndrome de Diógenes digital, debe contemplar cinco dimensiones clave para poder facilitar la interpretación de dichos datos: qué ha pasado, qué está pasando, qué podría pasar, qué debería pasar, qué pasará.
La transmisión de los datos a conocimiento útil debe tener en cuenta los nuevos perfiles de misión (ahora multimisión) y debe bascular entre la flexibilidad y la eficiencia, teniendo en cuenta el factor humano como engranaje fundamental de la transformación digital. Transformación que es vital para hacer frente a las nuevas amenazas y combatir las ya consolidadas desde ópticas diferentes.
El cambio de mentalidad y la Inteligencia cultural es la clave para percibir la nueva amenaza real.
La IA como acelerador tecnológico
Un medidor claro del que sacar conclusiones de la madurez en cuanto a las diferentes técnicas de procesamiento de datos a información y de información a conocimiento real y efectivo es conocer el estado en el que se encuentran los diferentes modelos de Inteligencia Artificial y su evolución en la computación cognitiva.
Skynet es el nombre de la Inteligencia Artificial desarrollada por la empresa Cyberdyne Systems Corporation, entidad privada subcontratada por el ejército de los EE.UU para su división cibernética.
La evolución de Skynet parte del desarrollo de un procesador neuronal que logra tomar conciencia de sí misma y eliminar, de la cadena de información para la toma de decisiones, las órdenes propiamente humanas con el fin de eliminar el error humano. La evolución de esta Inteligencia Artificial, en su continuo aprendizaje, le lleva a eliminar a los seres humanos, eliminando así el posible error. No humanos, no error.
Skynet es fruto de la ficción, los cinéfilos de gustos ochenteros sabrán que se trata de la película Terminator dirigida por James Cameron y protagonizada por Arnold Schwarzenegger. No tan ficción, la Inteligencia Artificial es un acelerador tecnológico en el que fijarse y que muestra el camino hacia el futuro no tan lejano, y que en múltiples ocasiones parece ser el mismo presente.
Hablábamos del cambio de mentalidad, desde un punto de vista moral, incluso más práctico, desde un punto de vista jerárquico o disciplinario, ¿podrán las máquinas (los sistemas autónomos no tripulados, los cyborg si cruzamos la línea de lo que hoy es real a la ficción) ordenar a humanos la ejecución de directrices a partir de la evolución de una secuencia lógica de unos y ceros? En una escuadrilla mixta de aviones tripulados y no tripulados ¿podrá ser una máquina jefe de escuadrón y los pilotos humanos subordinados que acepten órdenes de una Inteligencia Artificial?
El desarrollo de la tecnología pone a prueba la capacidad de adaptación de la sociedad. Igualmente ocurre en el ámbito de las Fuerzas Armadas.
Si volvemos al presente, veremos que la adopción de la Inteligencia Artificial como medidor, acelerador tecnológico no es descabellado. Desde un punto de vista predictivo, la Inteligencia Artificial ya se usa para el desarrollo de modelos de Mantenimiento y además de una manera óptima. Los modos de fallos, los tiempos medios entre fallos, y todos aquellos valores que por el modelo típico de análisis FMECA (Failure Mode Effects and Critically Analysis) se tomaban de manera estadística, ahora pueden ser tratados mediante Inteligencia Artificial, datos reales que se adquieren, se procesan, se autocorrigen, y se aplican con el fin de evitar el fallo futuro. Esto ya es una realidad.
El Mantenimiento, Sostenimiento y Ciclo de Vida de los equipos tecnológicos de las Fuerzas Armadas, en concreto la evolución del Mantenimiento predictivo está siendo, de manera muy discreta, el campo de experimentación de la tecnología futura en el campo de operaciones.
Tal es así, que hemos pasado del Mantenimiento preventivo al predictivo y del predictivo hemos evolucionado del Machine Learning al Deep Learning, de manera, que enfoques en la detección y resolución de fallos como el basado en árboles de decisión han dejado de ser vanguardia dando paso a una evolución más compleja en diversas técnicas así como a redes neuronales recurrentes.
Las máquinas de Skynet
Pero si queremos testar la relación existente entre la tecnología disruptiva y la transformación digital de las Fuerzas Armadas, los RPAS son el paradigma tecnológico que evidencian los retos alcanzables en el futuro inmediato, casi presente, en el seno de un conflicto híbrido.
En la actualidad los RPAS contribuyen a generar conciencia situacional facilitando labores de inteligencia en la recolección de datos e información, misiones de reconocimiento y vigilancia de una «manera segura para las tropas» y todas estas misiones pueden desarrollarse de manera simultánea por uno o más aparatos. Algo, como decíamos al principio de este análisis fundamental para el desarrollo del Mando y Control.
En palabras del general Salvador Álvarez Pascual, subdirector general de Programas de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa:
Los RPAS constituyen hoy el mayor poder disruptivo al alcance de cualquiera de las Fuerzas Armadas e igualmente de fácil adquisición por organismos no estatales, organizaciones criminales y grupos terroristas.
Las acciones de RPAS en conflictos armados son una realidad, no sólo en situaciones de vigilancia y seguridad, comunicaciones o espionaje, sino también como instrumentos eficaces en la proyección de la fuerza en misiones ofensivas. Hemos visto UAV rusos en acción en Ucrania, drones turcos en Siria y con mayor notoriedad (al menos desde el punto de vista informativo) en el reciente conflicto armado entre Armenia y Azerbayán por la región, siempre en disputa, del Ngorno-Karabaj.
El uso de los drones en los conflictos armados y en general en todas aquellas zonas calientes y focos de inestabilidad, es una realidad. Su preponderancia en el futuro vendrá determinada por la consecución y consolidación de los siguientes retos:
- Identificación y remedio de las vulnerabilidades.
- Qué papel protagonista están llamados a representar (protagonistas en misiones auxiliares o verdaderos vectores de proyección de fuerza en misiones ofensivas).
- Operaciones conjuntas entre sistemas tripulados, no tripulados, tripulados remotamente, mixtos, entre diferentes aparatos de diferentes aliados y todo esto en cualquier dominio (tierra, mar, aire, espacio, ciberespacio, consciencia).
- Consolidación real de los sistemas antidron.
- Evolución de las cargas de pago y evolución tecnológica de sus sensores.
- Posibilidades exponenciales según la evolución del ancho de banda y conexiones 5G.
- Interoperabilidad e interconectividad con el resto de sistemas de armas.
- Integración en el sistema aéreo.
No son tan famosos como los aéreos y sin embargo están ahí, quizá, incluso, con una faceta más clara y concreta, aunque no tan desarrollada. Sin entrar en más detalle, los USV o embarcaciones de superficie no tripuladas en la actualidad están enfocados a misiones de seguridad y protección, vigilancia perimetral, operaciones de minado / desminado y en tareas de salvamento y emergencias.
Los UUV, o lo que vendrían a ser los submarinos autónomos, son máquinas con una proyección hacia un futuro a medio plazo más que del presente, aunque ya existen diferentes modelos. Sus misiones están y estarán ligadas sin ninguna duda a la recolección de información, inteligencia, furtivismo y misiones de rescate, entre otras.
La misión principal por la que se diseñan los UGV, el vehículo autónomo terrestre, es para dar cobertura y apoyo a la infantería en el teatro de operaciones, especialmente en zonas de conflicto y en operaciones de imposición de la fuerza.
Los retos a dilucidar nombrados en los anteriores puntos son perfectamente aplicables a cualquier tipo de vehículo autónomo o remotamente pilotado, incluyendo USV, UGV y UUV.
También en palabras del general Álvarez Pascual en su discurso de inauguración de UNVEX Live, indicó de manera tajante que sin RPAS no es factible la plena operatividad de las FF.AA, muy especialmente en zonas de operaciones.
Un punto poco tratado, son los enjambres de drones y dentro de éstos los enjambres de nanodrones. No profundizaremos, pero para no dejar vacío este campo nombraremos tan solo dos conceptos: inteligencia de enjambre y drones cooperativos, capaces de ponerse de acuerdo para desarrollar tareas complejas.
Los nanodrones, con su capacidad fásmida, pueden actuar en enjambre a modo de abejas, avispas etc… e inocular cualquier tipo de arma biológica a toda una población.
Hace ya unos años el Pentágono anunció el ejercicio efectuado por varios cazas F-18 Super Hornet de programar un ataque por medio de un enjambre de drones. Los cazas lanzaron 103 drones de unos 16 centímetros de largo. Perdix, como los llamaron, fueron capaces de tomar decisiones autónomas como ajustar el modo y velocidad de vuelo a la misión, así como “ejecutar decisiones colectivas”.
En un periodo relativamente corto de tiempo hemos pasado de la preponderancia de un conflicto asimétrico al híbrido pasando por la zona gris, hasta el que está por definirse aún con más detalle como es el conflicto irrestricto y que además representa un cambio de paradigma.
La evolución en la preponderancia del modo de enfrentamiento no invalida modos de enfrentamiento anteriores que pudieran repetirse y hace que debiéramos estar alerta para saber cómo actuar según qué tipo de enfrentamiento.
El hilo conductor de todo esto es la evolución y transformación tecnológica de las Fuerzas Armadas, no sólo en el apartado operacional o de ejecución, ni tan siquiera en la circunscripción de un conflicto, sino como evidencia real a hacer frente en el día a día de la organización en todo lo que afecta a diseño, procesos, fabricación, productos e incluso a nivel organizativo.
A nivel de organización porque afecta muy especialmente al modo de transmisión de la información, especialmente en una organización firmemente jerarquizada donde la comunicación fluye verticalmente, generalmente de arriba abajo.
La adaptabilidad de las misiones (ahora multimisiones, como decíamos antes) son y serán especialmente sensibles al modo de recepcionar la información. Habrá multicanales y la comunicación dejará de estar jerarquizada, una parte al menos. La amplitud de miras hace que esa transmisión transversal de la información tenga que ser tratada igualmente.
La flexibilidad y rapidez, lo apuntábamos también más arriba, son la clave en este caso. El modelo de multimisión tiene que ser capaz de adaptarse con rapidez a la tecnología no ya disponible sino a la futura. El 5G será el paradigma de la información en tiempo real.
Consideraciones finales
Recientemente la Unión Europea estableció una comisión especial sobre Inteligencia Artificial para analizar el impacto que ésta tendrá, especialmente en la economía.
El 20 de octubre de 2020 el Parlamento aprobó tres informes que estudian cómo regular la innovación a partir de estándares éticos y generación de confianza. Dichos informes se centran en la búsqueda del equilibrio entre la protección de derecho de la ciudadanía y el impulso del desarrollo tecnológico. Un sistema de responsabilidad civil y un sistema eficaz de propiedad intelectual.
Pero el Parlamento Europeo trabaja en muchos más informes. Nos interesa especialmente el de la Comisión de Asuntos Jurídicos sobre el uso civil y militar de la Inteligencia Artifical en el que se aboga por la legalidad de los sistemas de armas autónomas únicamente si están sujetas al control humano (evitar Skynet).
Aún queda mucho recorrido, pero parece que aquí hay mucho más de lo que se cuenta y de una entidad mucho más compleja, aún con todo y como se suele decir hecha la ley, hecha la trampa, especialmente cuando los burócratas de la UE se den cuenta (parece que son los únicos que no lo han hecho todavía) que esta disposición no aplica a los enemigos de Europa.
El mundo Skynet llegará, y lo hará ante los siguientes retos y amenazas:
- Las amenazas emergentes y futuras serán cada vez más difíciles de predecir.
- El desarrollo de tecnologías que contrarresten dichas amenazas es un proceso a largo plazo.
- Las mismas tecnologías pueden ser fruto de amenaza o de nuevas amenazas.
- Cabe esperar nuevas y cada vez más amenazas multidominio, con una fuerte preponderancia en el ciberespacio y en el ámbito submarino.
- Todo esto con especial énfasis en el aspecto medioambiental (un futuro con un Polo Norte navegable) y nuevos y más acusados flujos migratorios.
En un futuro lleno de incógnitas, complejo y cambiante, tan solo nos quedará dilucidar quién jugará el papel de nuestra Sarah Connor, ya adelanto que la UE no será.
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Una vez mas, me encanta tu articulo.