OTAN. ORÍGENES (I)

CREACIÓN Y ORÍGENES DE LA OTAN. DESARROLLO EVOLUTIVO Y CONCEPTOS ESTRATÉGICOS FRENTE A UN ENEMIGO ÚNICO, LA URSS.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial Europa queda devastada. Más de 36 millones de muertos, 19 millones civiles, posiblemente más. La postguerra europea es tratada como un pasaje oscuro en las páginas de la Historia. Ahora se trata de trabajar para reconstruir una vida, una sociedad que los propios de entonces se encargaron de destruir.

La Sociedad de Naciones se disolvió por ser una organización débil que no podía forzar sus decisiones por falta de una organización militar internacional que obligase a llevar a término sus decisiones allí donde se opusiese resistencia. Nace por ello la ONU y los dirigentes de entonces no quieren cometer el mismo error.

En 1949, en plena postguerra europea, occidente veía con preocupación el avance expansionista de la URSS. La ONU no podía hacer frente a esta ambición soviética expansionista y mantener además la estabilidad mundial.

Entre 1947 1948 la soberanía de países como Noruega, Grecia, Turquía o Checoslovaquia, estaba permanentemente amenazada. El golpe de Praga y el bloqueo de Berlín en 1948 constituyeron un ataque directo a los intereses de Europa Occidental. La necesidad de una alianza era cada vez mayor y en marzo de 1948 se firma el Tratado de Bruselas entre Francia, Reino Unido, Luxemburgo, Bélgica y Holanda formando la Alianza Atlántica.

La expansión soviética acusaba cada vez más la necesidad de integrar a EE.UU en las filas de la alianza para poder hacer frente a la URSS. Se entablan conversaciones entre miembros de la alianza, EE.UU y Canadá y además se invita a Islandia, Portugal, Dinamarca, Italia y Noruega versando las negociaciones en torno a la necesidad de formar una alianza militar con base al artículo 51 del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas y que dice lo siguiente:

“Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.

Estas reuniones tuvieron como resultado la firma del Tratado de Washington el 4 de abril de 1949 y que establece las bases de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

El Tratado de Washington pone en evidencia la estrecha relación que debería existir entre la ONU y la recién nacida OTAN como demuestran los artículos 1 y 5 del Tratado, siendo este último además la piedra angular en cuanto a colaboración militar se refiere.

Artículo 1: “Las partes se comprometen, tal y como está establecido en la Carta de las Naciones Unidas, a resolver por medios pacíficos cualquier controversia internacional en la que pudieran verse implicadas, de modo que la paz y la seguridad internacionales, así como la justicia, no se ponga en peligro, y a abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de las fuerza en cualquier forma que sea incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas”.

Artículo 5: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas y en consecuencia acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la parte o a las partes así atacadas, adoptando seguidamente, individualmente y de acuerdo con las otras partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada para restablecer y mantener la seguridad en la región del Atlántico Norte. Todo ataque armado de esta naturaleza y toda medida adoptada en consecuencia se pondrán inmediatamente en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales”.

La Alianza no se creó únicamente para combatir la amenaza soviética. Sus objetivos fundamentales eran:

  • Frenar el expansionismo soviético.
  • Evitar el resurgimiento de nuevos nacionalismos.
  • Mantener una fuerte presencia estadounidense en Europa.
  • Fomentar una integración política europea.

El artículo 2 del Tratado de Washington hace referencia a estos puntos:

“Las partes contribuirán al desarrollo de las relaciones internacionales pacíficas y amistosas reforzando sus instituciones libres, asegurando una mejor comprensión de los principios en que se basan esas instituciones y favoreciendo las condiciones propias para asegurar la estabilidad y el bienestar. Tratarán de eliminar cualquier conflicto en sus políticas económicas internacionales y estimularán la colaboración económica entre algunas de las partes o entre todas ellas”.

Es lo que se vino a denominar el vínculo transatlántico.

La Organización del Atlántico Norte fue en sus orígenes una organización fundamentalmente militar preparada para una confrontación ante una invasión en territorio europeo y en las zonas de influencia del Atlántico al norte del trópico de Cáncer. La Organización primó un sistema operativo militar y logístico. El teatro de operaciones, Europa y las rutas de comunicaciones del Atlántico Norte. La Defensa y Seguridad que imparte la OTAN se basa en el doble principio de la disuasión y la distensión.

Concepto estratégico para la defensa del área del Atlántico Norte

La formulación inicial de la estrategia de la OTAN, elaborada entre los años 1949 y 1950 fue conocida como “El concepto estratégico para la defensa del área del Atlántico Norte” y exponía una estrategia de grandes operaciones para la defensa del territorio.

En 1952 se firma en Lisboa un tratado por el que se aspira a realizar un ingente esfuerzo en aumentar las fuerzas convencionales para poder hacer frente a la Unión Soviética. Se estimaban en 175 divisiones soviéticas frente a las 29 de los aliados. Este objetivo fue inalcanzable debido al elevado coste económico que implicaba y pronto se aprobó otra estrategia.

Respuesta masiva

En 1957 se acepta la estrategia de disuasión nuclear. La aceptación de esta estrategia por parte de los miembros de la Alianza responde al elevado coste económico ya mencionado para equilibrar las fuerzas militares convencionales para poder adoptar la respuesta de El concepto estratégico para la defensa del área del Atlántico Norte por un lado y por otra parte, por la creencia de que un nuevo conflicto en Europa haría necesaria la actuación desde el principio de todas las medidas a su alcance incluyendo las armas nucleares. Esta estrategia fue denominada Respuesta masiva.

Para que la disuasión a partir de una respuesta masiva se resolviese a favor de la OTAN, habría que alcanzar la superioridad nuclear de la Alianza frente a la Unión Soviética. En 1960 la URSS contaba con 32 misiles balísticos intercontinentales (ICBM) mientras que EE.UU tenía 18. Esta diferencia produjo una carrera armamentística en los años 60 hasta que en 1968 se produce la paridad. En este punto, la estrategia de la Respuesta masiva ponía en peligro a las ciudades norteamericanas y la hipótesis de una guerra nuclear era cada vez más plausible. Fue lo que se denominó como “destrucción mutua asegurada” entre los aliados de la OTAN y los integrantes del Pacto de Varsovia. La posible destrucción del planeta si estallaba un conflicto siguiendo las directrices de la estrategia de la Respuesta masiva hizo que se adoptase un nuevo punto de vista y se trabajase más en soluciones políticas entre países del este y del oeste.

Respuesta Flexible

El tercer concepto de estrategia que adopta la OTAN es el de la Respuesta flexible. Ésta, dotaba a la Organización de mayor flexibilidad ante la respuesta de una agresión, de tal manera, que se provocaba una incertidumbre en cualquier enemigo potencial que quisiese actuar sobre algún país aliado. Este concepto estaba diseñado para asegurar que cualquier tipo de agresión implicaría para el agresor un riesgo inasumible. Realmente lo que buscaba la Respuesta flexible de la OTAN era escalonar las respuestas a una posible agresión y dejar el uso de las armas nucleares como último escalón en la gestión de una crisis no resuelta por medio de una fuerza convencional. Este tipo de respuesta requirió el despliegue de misiles tácticos por toda Europa.

Simultáneamente a la adopción de este concepto de estrategia se aprobaba el informe Harmel por el que figuraban las dos tareas fundamentales de la alianza:

  • Mantener un adecuado potencial militar para disuadir o en su defecto defender a los miembros de la Alianza.
  • Establecer relaciones estables con los países del este dentro de una política de distinción.

Fuerza operativa conjunta combinada

El final de la Guerra Fría, las nuevas relaciones con la URSS y la evolución de los países del este, hacen que se inicie una reflexión sobre la nueva situación geoestratégica. El nuevo concepto estratégico se aprueba en Roma en 1991 que incluye un refuerzo del carácter político de la Alianza, sin abandonar la defensa colectiva.

La nueva versión de la estrategia no sólo hacía énfasis en el diálogo, sino también en la cooperación con los antiguos adversarios del Pacto de Varsovia. Se definió un nuevo entorno de seguridad. La Alianza ya no se enfrentaba a la amenaza de un enemigo que planease un ataque a un país miembro sino que ahora la amenaza es multidireccional, siendo más difícil de valorar. Esto vendría provocado por la inseguridad y la inestabilidad vivida a finales de la década de los 80 y primeros de los 90 en los países de Europa Central y del Este; la proliferación de armas de destrucción masiva en países norteafricanos y de Oriente Medio, principalmente.

Los puntos a tener en cuenta para esta nueva estrategia:

  • Proporcionar la base para un entorno de seguridad en Europa.
  • Servir de foro de consultas transatlántico.
  • Disuadir y defenderse de cualquier amenaza de agresión.
  • Preservar el equilibrio estratégico de Europa.

Con estos nuevos riesgos para los aliados se abandona el concepto de defensa estática y la fuerza aliada puede ser más reducida, pero sin embargo más móvil y flexible, capaz de adaptarse a las nuevas situaciones. El concepto de proyección de la fuerza se hace protagonista para los nuevos retos y riesgos de alianza.

En el mismo año en que se aprueba este nuevo concepto de estrategia queda automáticamente obsoleto. En primer lugar por la disolución de la URSS, que hace que la OTAN sea la organización militar más importante del mundo. La caída de la URSS hace que desaparezca la cuarta función de la Alianza que era mantener un equilibrio estratégico en Europa. En segundo lugar por el aumento de la tensión en la crisis de Yugoslavia, que hace que la OTAN ofrezca a la OSCE y la ONU el envío de fuerzas para el mantenimiento de la paz.

Estados Unidos propone un nuevo concepto de estrategia, el concepto de Fuerza operativa conjunta combinada.

Este nuevo concepto aprobado en 1993, facilitaba las nuevas misiones de la OTAN al permitir la participación de países no aliados en operaciones conjuntas y posibilitaba el apoyo en cuanto a capacidades y medios en operaciones lideradas por la Unión Europea. También facilitaba la proyección en cuanto a capacidades de mando y control a las áreas que se viesen afectadas por la seguridad de la Alianza.

Con todo ello se concluye que la OTAN fue adaptándose según convenía con nuevos conceptos de estrategia según las amenazas a hacer frente. De manera singular destacan los conceptos de disuasión por medios militares y la política de distensión íntimamente ligados al concepto estratégico de Respuesta flexible como métodos para la gestión de crisis. Esto último, junto con el potencial de la proyección de la fuerza y la capacidad creciente de resolver las crisis por medio de la política sin dejar de mantener una fuerza proporcionada es lo que caracteriza a la OTAN como la organización militar más importante de la segunda mitad del siglo XX.

Continuará…

– Fin –

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