LA RESPONSABILIDAD DE CONOCER Y ACRECENTAR LA PATRIA. SENTIRSE ORGULLOSO DE ELLA Y SENTIRLA PRESENTE EN EL DÍA A DÍA COMO EJERCICIO DE NORMALIDAD EN EL SIGLO XXI.
“[…] Es decir, el terreno en que ponían sus plantas, el surco regado con su sudor, la casa donde vivían sus ancianos padres, el huerto donde jugaban sus hijos, la colonia descubierta y conquistada por sus ascendientes, el puerto donde amarraban su embarcación fatigada del largo viaje; el almacén donde depositaban sus riquezas; la iglesia, sarcófago de sus mayores, habitáculo de sus santos y arca de sus creencias; la plaza, recinto de sus alegres pasatiempos; el hogar doméstico, cuyos antiguos muebles, transmitidos de generación en generación, parecen el símbolo de la perpetuidad de las naciones; la cocina, en cuyas paredes ahumadas parece que no se extingue nunca el eco de los cuentos con que los abuelos amansan la travesura e inquietud de los nietos; la calle, donde se ven desfilar caras amigas; el campo, el mar, el cielo; todo cuanto desde el nacer se asocia a nuestra existencia […] todos los objetos en que vive prolongándose nuestra alma, como si el propio cuerpo no le bastara”.
Cuando la Historia deja de ser una página en un libro y los sentimientos dejan de ser añoranzas lejanas para convertirse en deseos victoriosos, es cuando la responsabilidad de sentirse español cubre a modo de tamiz sutil la visión con que antes observabas el mundo. Ya no es sólo tu vida, tu familia, tus amigos, tu trabajo, tus éxitos o tus fracasos, no son tus costumbres, tus pensamientos, tu religión, tus gustos, tus aficiones… y sin embargo la Patria es eso y mucho más.
El hombre y su familia, su hogar y su cotidianidad son elementos esenciales de la Patria. El primer párrafo expuesto es la manera en que lo expresó Gabriel, protagonista de la Batalla de Trafalgar, primer libro de los Episodios Nacionales que Benito Pérez Galdós escribió.
Nada de lo que expresa Gabriel está hoy en día en desuso y sin embargo en la actualidad no se puede hablar de la Patria y de lo que representa con seriedad y naturalidad sin provocar en aquellos otros a los que el interviniente se dirige un estereotipo obsoleto, cursi y hasta rancio. La Patria ya no es importante. La Patria muere con el individualismo y el materialismo.
Para Ramiro de Maeztu la Patria es espíritu. España como germen patrio nace con la conversión de Recaredo al catolicismo en el año 586 y reniega del arrianismo consiguiendo la unificación de visigodos y hispanorromanos, no obstante, España está llamada a ser leyenda viva de la Historia Universal y será Madre Hispánica de medio mundo al nacer el 12 de octubre de 1492 la Hispanidad.
Maeztu enfatiza la idea de que la Patria no es únicamente voluntad, pues de ser así, las naciones se verían abocadas a los cantonalismos más absurdos. Si estos pueblos alegan su deseo de voluntad únicamente como razón de ser para la independencia, sabrán también esos pueblos que únicamente sobrevivirán aquellos que puedan defenderse contra la ambición de sus vecinos, pues también la voluntad de sus vecinos será razón suficiente para su ofensa.
Carácter Universal. Una comunidad unida por un espíritu de defensa contra agresores comunes o por lazos de consanguineidad o bien unida por gentes heterogéneas que no tengan una lengua común, una Historia común, nunca formarán una Patria, pues ésta la forman los pueblos que están unidos por Valores Universales. La Hispanidad nació con “la esperanza de que se pudieran salvar como nosotros los habitantes de tierras desconocidas”.
La Patria se fundamenta en el bien colectivo. Aumenta su valor por la acumulación sucesiva de acciones valiosas y disminuye con la vil acción individual y fechorías colectivas.
“Hombres educados en una religión que nos enseña que Dios es amor, no puede rendir homenaje a una Patria que todo lo exige sin dar nada”. Hace referencia Maeztu a las patrias creadas con injusticias y que realmente no son verdaderas patrias, pues exige lo más sin dar nada, pero cuidado, no hay que caer en el error de que la Patria tiene que dar bienes materiales, felicidad terrenal o exigirle beneficios personales. La Patria ha de engrandecer a un pueblo y la contribución del individuo para con ella debe buscar el mismo objetivo obteniendo así una reciprocidad del bien común, esa es la exigencia a la Patria.
La cultura multiplica los vínculos con la Patria de tal manera que sólo así se puede identificar la Patria como algo más que hombres y tierras. Cuanto más inculto sea un pueblo, menos Historia tenga, más difuminada queda la idea de Patria, identificándola más con la querencia de una tierra o de un pueblo.
La Patria se hace a partir del amor que los compatriotas tienen de la misma, y como cada uno es de su padre y de su madre, los habrá que sólo le tengan afecto a la tierra o a sus gentes, o la querrá en función de ver sus necesidades cubiertas. Para Maeztu la Patria es un concepto relativo, aunque la Patria es la que es, y lo que es relativo realmente es la concepción y el amor de sus compatriotas, no el valor de la Patria, no su espíritu.
Sólo cuando se ama a la Patria con su significado espiritual, el cual es el más alto concepto que un hombre puede amar a su Patria, el patriotismo se convierte en deber. A propósito de esto San Agustín decía: “ama siempre a tu prójimo, más que a tu prójimo a tus padres, más que a tus padres a tu patria, más que a tu patria a Dios”.
En la Defensa de la Hispanidad que hace Ramiro de Maeztu se pueden encontrar varios ingredientes que conforman la Patria y que ya han sido nombrados. Para Maeztu la Patria es espíritu y el espíritu necesita de un cuerpo y de un alma, el cuerpo lo forman los hombres y la tierra mientras que el alma es la obra del hombre y su Historia.
Aquí tenemos pues los primeros ingredientes, hombres y tierras y por lo tanto hogares, familias y pueblos. España no se entendería sin su sol, sus costas, sus campos… La tierra, el mar, el cielo, son parte necesaria para entenderla. La Patria nace, de manera casi imperceptible con el devenir de un pueblo y poco a poco se va forjando y nutriendo con su Historia, sus gentes y sus conquistas, si no hubiese una tierra, un pueblo, la Patria no existiría.
La nación es el ancla que asegura que la Patria no vaya a la deriva. Los límites de la Patria sin embargo no son los límites de un país, no son ni muchos menos límites geográficos. En 1783 el imperio de España poseía 16 millones de kilómetros cuadrados, el doble de lo que se poseía en 1740. La Patria no tiene 16 millones de kilómetros cuadrados antes, ni ahora tiene a la península, a sus archipiélagos y a sus ciudades autónomas como únicos terrenos donde residir.
Carácter Universal es la piedra angular, y por lo tanto debe existir un Valor Universal, ligazón que une los diferentes ingredientes que conforman la Patria. Este Valor Universal, es la religión, el cristianismo y más concretamente el catolicismo, como ya apuntaba Maeztu y hemos visto en párrafos anteriores.
Cuando uno quiere ser políticamente correcto hoy en día, la religión ha de quedar relegada a la intimidad, no es algo importante hoy en día y hay que quitarle toda relevancia que se le pueda dar para impregnar el ambiente social de indiferencia religiosa. Con esta premisa se cae en el grave error de reinterpretar la Historia y el pensamiento del hombre y lo único cierto es que hoy somos lo que somos en gran parte gracias a la religión. Europa no sería Europa sin las guerras de religión. No se puede obviar la existencia de calvinistas, luteranos, ortodoxos, anglicanos y por supuesto católicos. Las continuas guerras de los europeos con los musulmanes definieron nuestras fronteras en el Mediterráneo, no se puede entender la Batalla de Lepanto sin contemplar esta perspectiva y que gracias a ella, seguramente las fronteras europeas son las que son en la actualidad.
Y si en Europa el cristianismo fue fundamental para entenderla hoy en día, en España es ingrediente básico para comprender su Historia y por ende es Valor Universal en la construcción de la Patria. España es cristiana, católica concretamente, no admitirlo es un error. En la individualidad de cada uno la diferencia de credo o no tenerlo, no debe de ser un problema para poder constatar la evidencia de la construcción de una sociedad a partir de una religión, en este caso la católica, y una sociedad son familias, hogares y costumbres y por lo tanto hablamos de la construcción de una Patria.
Obviar la religión como elemento hacedor de la Patria significa no poder explicar, porque los grandes navíos que conformaron la armada española se llamaron, San Juan Nepomuceno, San Carlos, San Justo, San Leandro, San Agustín, Santa Ana, o el más grande navío de su época, Santísima Trinidad. Don Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo en la nao Santa María y con sus restos construyó el fuerte Navidad. Santiago Apóstol patrón de España y los monarcas españoles desde la época de Isabel y Fernando son reyes católicos. No tendría sentido la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada. Toledo, capital de tres culturas sería simplemente una anécdota. La Reconquista, la batalla de Lepanto ya nombrada, los templarios y las cruzadas. El arte románico, catedrales góticas, la creación de universidades y de hospitales. El mismo calendario, festivos y vacaciones no se entenderían sin el componente religioso, católico de nuestra Historia.
Menéndez y Pelayo escribió: “España evangelizadora de la mitad del orbe. España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio”.
Más de 400 millones de personas se comunican con una lengua común, el español, castellano para los más puristas, ¿no hace, sino este dato, más que confirmar que las fronteras físicas no son válidas cuando se habla de Patria? La cultura engrandece, otro ingrediente que Maeztu resalta para aumentar el valor de la Patria. La cultura es un lazo de unión que fortalece los vínculos y por lo tanto es un elemento multiplicador del bien a la Patria, igualmente en caso contrario un pueblo sin cultura, o un pueblo que niega la cultura a sus gentes debilita y mucho los pilares en que se sustenta la Patria.
La Patria es la confluencia de los valores terrenales identificados en la nación y en los hombres que la habitan con los ideales recogidos por la Historia. Los hombres no crean la Patria, forman parte de ella. El país con sus fronteras no limita la Patria pues mantiene una naturaleza dual cuyos límites no son físicos. Pero la Patria es mucho más.
Está claro que la Patria no es una invención humana, no es un cuento, ni tampoco una idealización romántica sustitutiva del concepto de nación. Tampoco es un mero concepto teórico.
La patria se alimenta de tres realidades:
– Maternidad continuada.
– Patrimonio.
– Un lugar común.
La Patria requiere de una tutela permanente, de una maternidad continuada, necesitada de cuidados constantes, pues la Patria hay que engrandecer, ¿cómo? Con las gestas heroicas, con la herencia cultural y con hombres excepcionales, manteniendo vivo un ideal que se transforma en Valor Universal, patrimonio que un pueblo ha de cuidar.
Ligando con la idea inicial del aspecto rancio que representa la Patria, muchos ven en el patriotismo un ejercicio ridículo de amor a la Patria. En el mundo actual algunos ven en la libertad un amor libre de ataduras, encuentran la Patria pequeña para su “espíritu libre” y se hacen poseedores de una ciudadanía universal, ciudadanos del mundo, y quieren rebasar la barrera esencial del valor de la Patria sin antes haberla conocido. No se puede ser ciudadano del mundo si no lo eres antes de tu ciudad, si no te debes a tu familia, si no conoces tu cultura y si no conoces a tu Patria.
Hay quienes consideran que es bueno olvidar la Historia de España, incluso olvidar la Historia en general y por lo tanto también las raíces cristianas, olvidar nuestros orígenes para poder ser europeos, ciudadanos del mundo, quienes así piensan, seguro que no conocen Europa, que es mucho más celosa de su historia ¿o acaso Francia enterró en el olvido a Napoleón?, ¿y no es verdad que Reino Unido mantiene en Portsmouth el navío Victory, tesoro de la batalla de Trafalgar? ¿Dónde están nuestras hazañas? ¿Y nuestros héroes? A veces da la impresión de que el mundo sabe más de España que los propios españoles.
Hoy en día hay una identificación de unidad entre los españoles derivada principalmente de los éxitos deportivos. También un reconocimiento a valores culturales propios como la gastronomía y tecnológicos como el tren de alta velocidad. Hay incluso una institución gubernamental encargada de propagar por todo el mundo el modo de hacer de los españoles.
No hay que confundir el patriotismo con la alegría surgida por el éxito deportivo o el orgullo sentido por aquellos productos de fama mundial. “Lo esencial del patriotismo es sentir inquietud por la vida de la Patria […] Hay que ser centinela de la Patria, velar por ella y reparar las ofensas causadas por otras generaciones si fuera necesario”.
Comparto ahora lo que ya se publicó y que el poeta legionario escribió:
Y para terminar, una reflexión de Gabriel, quien ya ha sido presentado y que al final comprendió el sentido de la Patria.
“[…] Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes, todos fraternalmente unidos; me representé a la sociedad dividida en familias, en las cuales había esposas que mantener, hijos que educar, hacienda que conservar, honra que defender; me hice cargo de un pacto establecido entre tantos seres para ayudarse y sostenerse contra un ataque de fuera y comprendí que por todos habían sido hechos aquellos barcos, para defender la Patria […].”
6 Comentarios. Dejar nuevo
Excelente artículo. Muy documentado y perfectamente hilvanado.
La crisis de valores y falta de compromiso de la sociedad es la raíz de la mayoría de los problemas tan graves que vivímos. Y por supuesto tiene mucho que ver con la ausencia de la Patria como «unidad de destino en lo Universal».
Como se dice, mucho tiene que ver aquí la Historia que no hemos sabido cuidar y mucho menos defender. Un primer paso debería ser en esa línea. Una generación de hombres valientes que intenten recuperar lo perdido. Articulos así confirman que todavía hay esperanza. ¡Despierta España!
Me alegro que te guste Almansa!! espero contar con tu apoyo a partir de ahora en este blog.
Un abrazo!!
Muy oportuno el tema tratado, y muy bien desarrollado.
Totalmente de acuerdo con la influencia que la Cultura tiene en los sentimientos patrióticos y la necesidad de mejorar la educación para que nuestros jóvenes puedan conocer la verdadera Historia de España.
Muchas gracias Pepe!! Me alegro que compartas el mismo punto de vista.
Espero contar con tu ayuda para la difusión de este blog.
Un fuerte abrazo!!
Muy completo y mucha verdad. Totalmente de acuerdo con lo escrito en el artículo y en los comentarios. Enhorabuena!! me gusta mucho el blog.
Muchas gracias Corbián. Me alegro que guste y a partir de ahora te cuento como seguidor.
Un abrazo fuerte!!