Toda mi vida, desde mi infancia, mi niñez y adolescencia, mi etapa como jugador de baloncesto profesional y aún ahora, ha estado impregnada con una serie de valores que identifico como valores propios de la Cultura Militar. Ello es debido seguramente, seguramente no, con toda certeza, por la profesión militar de mi padre, del Ejército de Tierra, artillero para más señas.
Desde San Roque, Cádiz, hasta Madrid, pasando por Córdoba donde nací, los valores que yo identifico como Cultura de Defensa son los valores militares de mi padre, que son también los que me inculcó. Muchos y muy buenos.
Recuerdo a mi padre vestido de uniforme, yendo al cuartel, a sus compañeros, la franca camaradería. Esta vivencia, esta visión desde la niñez de lo que significaba el Ejército en mi casa va unido a la Cultura de Defensa. Ejército, valores, milicia…todo va unido a la Cultura de Defensa. Y los encontré también en el deporte, en el deporte de equipo y en mi etapa como jugador profesional de baloncesto.
Compañerismo, sacrificio, disciplina, fuerza de voluntad… Realmente son valores que están ahí para la sociedad. En este caso el Ejército, me refiero al conjunto de las Fuerzas Armadas, y el deporte en mi caso personal, funcionan como herramientas, son potenciadores para desarrollar mejores personas. Pero para que esos sentimientos, esos valores arraiguen, tiene que haber sustrato, si no hay tierra fértil en la que cultivar, da igual los valores y en eso tiene mucho que ver la sociedad en su conjunto. En mi caso, como digo, arraigaron, y tuve la suerte de que me acompañasen también en mi vida profesional en el baloncesto de élite.
Compañerismo, sacrificio, disciplina, fuerza de voluntad… en definitiva echarle huevos a la vida, teniendo claro qué puesto ocupa cada uno, con respeto, coordinación, con estructura… con cabeza, pero se trata de eso, de echarle huevos, la palabra políticamente correcta sería resiliencia, ya que cada uno elija.
Sí es verdad que fuera de ciertos ámbitos, esto no se entiende, me refiero, por ejemplo, a la disciplina en los términos en los que estamos hablando, la subordinación al grupo, poner todo tu potencial al servicio de los demás, pero es que además y volviendo a mi caso personal, en el deporte de élite o lo haces así o no tienes futuro.
Tengo la sensación que estos valores se están perdiendo, parecen valores trasnochados. La lealtad, la verdad… hoy puedes hacer una barbaridad y no pasa nada porque mañana aparecerá otra mayor. El compañerismo…, parece que está en desuso y que en general estos valores penalizan en lugar de sumar y el que los usa parece el tonto del pueblo y eso no es bueno, no vamos bien.
Vivimos en la sociedad de lo políticamente correcto (resiliencia decía antes) y todo el que se salga de esas líneas pues eso, que eres un facha. Al final todo se reduce al bienestar de los tuyos, de la familia. Si respetas, no hay violencia hacia nadie. Eso es el compendio de todo. Lo demás es hojarasca que muchas veces sirve a intereses espurios.
Ley de las Proporciones Definidas ¿Se acuerdan? Ley estequiométrica de Química General que dice:
Cuando dos o más elementos se combinan para dar un determinado compuesto, lo hacen en una relación constante de masas.
El autor de dicha ley fue Lois Proust, íntimamente ligado a la Academia de Artillería de Segovia. Eso es también Cultura de Defensa. La Ciencia, la Formación, algo que también mamé desde casa. La Física, las Matemáticas. Los grandes ingenieros de la época, militares casi todos ellos y hasta no hace mucho.
Lo que descubro tras la charla que tuve con Carlos es que la Cultura de Defensa va más allá, no es solo Ejército, no es solo guerra o los asuntos de Defensa, es mucho más que todo eso. Realmente la Cultura de Defensa está en todos los ámbitos de la vida.
Tener, por parte de la sociedad, un buen poso de Cultura de Defensa, estoy seguro que habría ayudado a digerir mucho mejor la guerra de Ucrania y todo lo que está pasando en el ámbito de este conflicto y me plantea la duda de cómo hubiéramos reaccionado aquí a algo parecido con Ceuta y Melilla ¿Cuál hubiera sido la reacción?
Esos posos… vuelvo a mi ámbito personal, podían haber ayudado a comprender, a respetar los símbolos de España, los símbolos que nos representan, que nos unen. Como deportista, mi máxima ilusión era jugar en la selección nacional, lo hice 140 veces, mi hermano muchas más. Representar a mi país era un orgullo. No entiendo que los símbolos de todos se piten. Los abucheos, los pitidos a los símbolos los he llevado mal. Pero hay una receta que lo resuelve, el respeto. Hay que respetar. Con el respeto al prójimo se acabarían muchos de los males de nuestra sociedad.
Los valores militares, del deporte, el bienestar de tu familia, la Ciencia, la Formación, la Historia, el respeto, la vida, echarle huevos a la vida, eso es mi Cultura de Defensa.